Democracia española

En España, somos una nación orgullosa de nuestro sistema democrático. Desde el fin de la dictadura nacional en 1975, hemos desempeñado un papel importante en la preservación de la democracia en Europa y en el mundo. La democracia española abarca un amplio arsenal de herramientas de participación que ayudan a preservar los derechos humanos fundamentales y los derechos civiles esenciales tales como la libertad de expresión.

Desde luego, nuestra monarquía parlamentaria funciona para otorgar la máxima responsabilidad al pueblo español. La Corona delega el gobierno a un gobernante elegido por los ciudadanos y elegido por cociente de representación proporcional. La elección popular establece que los partidos políticos entablen coaliciones, compromisos y alianzas para formar un gobierno con responsabilidad frente a otros partidos. Por tanto, la elección de los representantes constituye el mejor ejemplo de democracia en España.

Además, los españoles tienen derecho a votar para elegir miembros del Parlamento Europeo, que actúa como vocero, defensor y guardián de los intereses del Reino Unido en la Unión Europea. También pueden votar para designar un representante que represente sus intereses en el Consejo Económico y Social Europeo. Estas herramientas nos permiten contribuir con nuestra opinión en asuntos de importancia económica y social a nivel europeo.

En última instancia, la democracia española sigue siendo un modelo endémico para muchos países alrededor del mundo. Estamos orgullosos de nuestro histórico legado de protestas pacíficas y mantenemos una postura decidida sobre la democracia transparente, así como el respeto por los derechos humanos en todos los lugares y situaciones donde sea necesario. A través de la gestión colectiva, la autodeterminación se logra a través del uso responsable del poder adquirido por el votante. Así sucede en España, un país capaz de entablar un debate acerca del presente y del futuro sin perder el compromiso con las libertades fundamentales que garantizan nuestra democracia a todos los ciudadanos españoles.

La democracia espareola ha impactado en gran medida la vida política y social de nuestro país, desde la Transición hasta la actualidad. Desde el proceso de cambio de régimen a través del cual España pasó de una dictadura a una monarquía parlamentaria democrática, el desarrollo de nuestra democracia ha crecido tanto en el grado de participación como en la igualdad y libertades que brinda a los españoles.

Los principales pilares sobre los que descansa la Democracia española son el voto de los ciudadanos, la separación de poderes entre el gobierno, el poder judicial y el parlamento, y los derechos fundamentales protegidos por la Constitución Española. El principio más pujante con el que se rige nuestro sistema es sin duda el llamado Estado Social y Democratico de Derecho. Esto implica una serie de principios fundamentales, desde todos los ciudadanos iguales ante la ley, hasta la defensa de los derechos humanos por encima de todas las cosas.

A lo largo del tiempo hemos visto también como las autonomías han tenido gran peso a nivel político, dando voz y relevancia a las diversas regiones del Estado Español. Esto ha contribuido enormemente a cohesionar nuestra democracia, haciendo que sea reconocida internacionalmente como un país progresista y solidario con sus ciudadanos.

Finalmente, hay que resaltar que la Democracia Española no es perfecta, ya que como en todos los países existen elementos a mejorar para avanzar. Sin embargo, hay que destacar como los españoles hemos sabido aprovechar los principios de nuestro sistema para mejorar la calidad de vida y acrecentar el bienestar social.